Por J. Sully
Un nuevo logo para el olvido, una Reforma Educacional que perpetúa el modelo de lucro, Hinzpeter haciendo agua con la delincuencia,- mientras asaltan y asaltan en Santiago-, y un “tsunami en Combarbalá” son alguna de las joyitas que la eficiencia de Palacio nos legó en los últimos días.
Un nuevo logo para el olvido. Incomprensible. Si hay un sector que conoce al revés y al derecho cómo hacer que la forma parezca fondo es la derecha. Comulgan plenamente con el slogan “la imagen es todo” y, sin embargo, plasmar aquello en una nueva imagen para el gobierno ha sido un parto.
Ante la avalancha de críticas al primer logo, salieron del paso afirmando que era una imagen de transición. Esta vez no quedará más que apechugar con la nueva imagen, que en palabras de La Moneda es "sobria, elegante y de un diseño contemporáneo". Basta darse una vuelta por las redes sociales para darse cuenta que el ciudadano “de a pie” no piensa lo mismo. Yo tampoco. De seguro a un alumno de enseñanza media le resultaba algo mejor y más innovador. Pese a la fanfarria de La Moneda, es indiscutible que acá no se quebraron la cabeza y la agencia responsable recordó el pasado para ganarse 10 milloncitos. Usted también puede: aprenda a hacer el logo en dos minutos.
¿Revolución educacional? Nuestro querido Tatán no tuvo empacho en definir el proyecto de reforma educacional enviado al Congreso como la iniciativa más importante de las últimas décadas en dicho ámbito. Aunque el texto plantea medidas positivas -como dotar de mejores directores a los liceos e incentivos para los docentes-, lo cierto es que está muy lejos de cambiar las estructuras de nuestra enseñanza.
Lamentablemente, el último gran revolucionario de la educación chilena fue Augusto Pinochet con el proceso de municipalización que sigue asfixiando a las escuelas públicas y haciendo más ricos a los que encontraron un gran nicho para el lucro. Con la “revolución” de los Piñera Boys eso seguirá exactamente igual.
Y las señales no son alentadoras: cerca de 30 colegios municipales están en proceso de ser cerrados o fusionados, pese a las protestas de apoderados y alumnos. Y con el recorte de horas de Historia, es claro que la administración Piñera no cree en la necesidad de un pueblo de conocer su identidad y de formar mejores ciudadanos. Lo único que vale es subir unos puntos en el Simce.
Hinzpeter presionado. Prometieron poner el candado a la puerta giratoria, pero lo cierto es que las nobles familias de Lo Barnechea, Vitacura y otras exclusivas comunas siguen respirando el hedor espeluznante de la delincuencia. Adimark arrojó una nueva baja en la aprobación al manejo de la seguridad ciudadana. Como si fuera poco, el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, y el diputado UDI Patricio Melero le dieron duro al Ministro del Interior por los escasos logros que ha mostrado. Y como botón: nuestro Harry Potter se mandó una fotito de antología arriba del lujoso auto de un clan de narcos.
¿Tsunami en Combarbalá? Este sin duda es un gobierno de gente preparada. Y tan en serio se toman esto del servicio público que la gobernadora del Limarí preparó un simulacro en Combarbalá para salvar a su población de las olas gigantes. El único detalle: esa localidad está a 900 metros de altura en la zona. Más información en El Mostrador.
El “canal de todos” ningunea a Tatán. A la derecha no le basta con una prensa que la trata con guante de seda. A mediados de noviembre, la directiva de RN y nuestro gran amigo Andrés Allamand -uno de los grandes pensadores del sector- llegaron a la estación pública para “preocupación por el tratamiento crítico que ha recibido el Presidente Piñera en algunos programas”. Carerrajismo puro ¿no?
El poder de los bancos, intacto. Con bombos y platillos se anunció el fin de las ventas “atadas” por parte de los bancos, lo que significa que las instituciones no podrían supeditar un crédito hipotecario a la apertura de una cuenta corriente. Todo bonito hasta ahí, salvo porque la Superintendencia de Bancos e Instituciones Finacieras -que teóricamente existe para que a usted no se lo sirvan- reculó y dejó todo en nada. El Ministro de Hacienda, que no se vio muy cómodo tras el impasse, ahora deberá ir a dar explicaciones al Congreso, ¿cambiará eso las cosas? Difícil, usted sabe quiénes ganan siempre.
Un nuevo logo para el olvido. Incomprensible. Si hay un sector que conoce al revés y al derecho cómo hacer que la forma parezca fondo es la derecha. Comulgan plenamente con el slogan “la imagen es todo” y, sin embargo, plasmar aquello en una nueva imagen para el gobierno ha sido un parto.
Ante la avalancha de críticas al primer logo, salieron del paso afirmando que era una imagen de transición. Esta vez no quedará más que apechugar con la nueva imagen, que en palabras de La Moneda es "sobria, elegante y de un diseño contemporáneo". Basta darse una vuelta por las redes sociales para darse cuenta que el ciudadano “de a pie” no piensa lo mismo. Yo tampoco. De seguro a un alumno de enseñanza media le resultaba algo mejor y más innovador. Pese a la fanfarria de La Moneda, es indiscutible que acá no se quebraron la cabeza y la agencia responsable recordó el pasado para ganarse 10 milloncitos. Usted también puede: aprenda a hacer el logo en dos minutos.
¿Revolución educacional? Nuestro querido Tatán no tuvo empacho en definir el proyecto de reforma educacional enviado al Congreso como la iniciativa más importante de las últimas décadas en dicho ámbito. Aunque el texto plantea medidas positivas -como dotar de mejores directores a los liceos e incentivos para los docentes-, lo cierto es que está muy lejos de cambiar las estructuras de nuestra enseñanza.
Lamentablemente, el último gran revolucionario de la educación chilena fue Augusto Pinochet con el proceso de municipalización que sigue asfixiando a las escuelas públicas y haciendo más ricos a los que encontraron un gran nicho para el lucro. Con la “revolución” de los Piñera Boys eso seguirá exactamente igual.
Y las señales no son alentadoras: cerca de 30 colegios municipales están en proceso de ser cerrados o fusionados, pese a las protestas de apoderados y alumnos. Y con el recorte de horas de Historia, es claro que la administración Piñera no cree en la necesidad de un pueblo de conocer su identidad y de formar mejores ciudadanos. Lo único que vale es subir unos puntos en el Simce.
Hinzpeter presionado. Prometieron poner el candado a la puerta giratoria, pero lo cierto es que las nobles familias de Lo Barnechea, Vitacura y otras exclusivas comunas siguen respirando el hedor espeluznante de la delincuencia. Adimark arrojó una nueva baja en la aprobación al manejo de la seguridad ciudadana. Como si fuera poco, el alcalde de Las Condes, Francisco de la Maza, y el diputado UDI Patricio Melero le dieron duro al Ministro del Interior por los escasos logros que ha mostrado. Y como botón: nuestro Harry Potter se mandó una fotito de antología arriba del lujoso auto de un clan de narcos.
¿Tsunami en Combarbalá? Este sin duda es un gobierno de gente preparada. Y tan en serio se toman esto del servicio público que la gobernadora del Limarí preparó un simulacro en Combarbalá para salvar a su población de las olas gigantes. El único detalle: esa localidad está a 900 metros de altura en la zona. Más información en El Mostrador.
El “canal de todos” ningunea a Tatán. A la derecha no le basta con una prensa que la trata con guante de seda. A mediados de noviembre, la directiva de RN y nuestro gran amigo Andrés Allamand -uno de los grandes pensadores del sector- llegaron a la estación pública para “preocupación por el tratamiento crítico que ha recibido el Presidente Piñera en algunos programas”. Carerrajismo puro ¿no?
El poder de los bancos, intacto. Con bombos y platillos se anunció el fin de las ventas “atadas” por parte de los bancos, lo que significa que las instituciones no podrían supeditar un crédito hipotecario a la apertura de una cuenta corriente. Todo bonito hasta ahí, salvo porque la Superintendencia de Bancos e Instituciones Finacieras -que teóricamente existe para que a usted no se lo sirvan- reculó y dejó todo en nada. El Ministro de Hacienda, que no se vio muy cómodo tras el impasse, ahora deberá ir a dar explicaciones al Congreso, ¿cambiará eso las cosas? Difícil, usted sabe quiénes ganan siempre.
lo peor de todo lo que señalas es que ya no les importa disimular errores, intereses, atropellos ni estafas. el poder de persuasión de los medios desinformativos y la pasividad de la masa harán que nos vayamos al carajo más temprano que tarde.
ResponderEliminar